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SANTO SAN PEDRO
Hace ya bastante tiempo que cuento esta historia, una de las más desconocidas de Palencia (pero no por ello deja de ser enormemente interesante) a mis amigos cuando pasamos por la Calle Mayor Antigua, a la altura de la Calle de Los Gatos, en esa peatonal que sube hacia la catedral, donde hay una hornacina con un santo en ella. El santo representado es San Pedro, con sus llaves y todo, pero el nombre de la calle reza "Santo San Pedro". Siempre me pregunté de donde venía lo de "Santo San", ya que me parecía bastante redundante.
Por otro lado tenemos en Palencia un magnifico hospital provincial con el nombre de San Telmo. Siempre me pregunté por qué en el centro de Castilla existía un hospital dedicado a un santo marinero (no tiene mucho sentido)
Pues bien, aunque en principio no parezca que haya mucha relación entre el santo marinero y el guardián de las puertas del cielo, estas dos advocaciones en realidad son una sola, la de San Pedro González de Telmo, nacido en Frómista (aunque también se hable de Astorga)
Pedro González estudió teología en los recién abiertos Estudios Generales de Palencia, primera universidad española, y una de las primeras europeas. Fue ordenado sacerdote y poco tiempo después ya era canónigo de la catedral, y en menos de un año es nombrado Deán, prior del Cabildo Catedralicio, un cargo sumamente importante, por el papa Honorio III a propuesta por su tío el obispo de la catedral (podemos entender que Pedro era un joven bien comunicado y sin falta de recursos).
Para celebrar su nombramiento se celebra un desfile el día de Navidad desde la catedral y por la calle Mayor Antigua, en el que el joven deán montado a caballo lucía un rico traje talar (yo me le imagino de blanco con bordados en hilo de oro). En un momento dado el deán quiere lucirse aún más (no olvidemos su juventud) e intenta hacer una cabriola con el caballo, pero resbala y cae al suelo de forma vergonzosa, sobre un barrizal. Toda la ciudad se rie y carcajea de él ante tan cómica escena.
Es entonces cuando Pedro cae en la cuenta de su engreimiento y vanidad, y decide renunciar a su cargo de deán, olvida las cosas de este mundo y pide el ingreso en la Orden de Predicadores, frailes dominicos del convento de Palencia.
En el lugar en que cayó Pedro es el lugar donde se encuentra la hornacina, aunque la imagen del santo es la del apóstol y no la de San Pedro González, debido esto a algún error de comunicación.
SAN TELMO
Este santo San Pedro es a quien conocemos en Palencia como San Telmo, patrón del hospital provincial.
Tras su conversión, Pedro se fue a predicar, primero por Castilla, Aragón, Mallorca…Su predicación más importante es en Portugal, tierras cercanas al Miño, Tuy y Bayona, donde predica entre marineros y pescadores de la zona. Se cuenta en esta zona uno de sus milagros, en el cual, mientras predicaba sobre un puente ante cientos de creyentes, se levanta una tormenta que les atemoriza a todos, pero San Telmo la divide en dos, dejando el espacio en que están los fieles libre de peligro, quedando el resto de la comarca arrasada. Muere camino a Santiago en 1246. Tras su muerte su fama se dispara gracias a sus milagros, los cuales fueron registrados por el Obispo de Tuy en 1258: leprosos sanados, ciegos que recuperaban la vista, sordos que oyen, etc…
Su labor había sido, no obstante, muy importante a la hora de librar a marineros y pescadores de naufragar, liberarlos de tormentas, y protector de las gentes del mar. Es entonces cuando San Pedro González pasa a ser el patrón de los marineros. Y aquí comienza la confusión de nombres: el patrono de navegantes había sido hasta entonces San Erasmo (mártir en 303) que fue trasladado a Malta, donde hay un castillo llamado de San Telmo y se le consideró abogado de marineros. Este San Erasmo era también conocido como Elmo o Ermo (apocope de Erasmo) particularmente en Galicia y Portugal. Si le añadimos el titulo de Sant, ya tenemos Sant-Elmo. Posteriormente, al ser considerado nuestro San Pedro González, patrono de marineros, se fundieron los dos nombres en uno, pasando a ser San Pedro González Telmo, o San Telmo.
Así que ese joven deán nacido tierra adentro, que cayó de su caballo para descubrir la fatuidad de la vida, pasó a convertirse en guarda de los marineros y protector de quien lucha cada día contra la fuerza del mar.