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No todo van a ser malas noticias, y este año comienza con una que nos llena de alegria! "Atrás quedan los tiempos en que acudir a la iglesia de Villamuriel de Cerrato resultaba una operación que entrañaba cierto peligro. Muchos feligreses aún recuerdan como varios sillares se desprendían de las bóvedas, precipitándose al vacío y ocasionando algunos desperfectos en el entarimado de madera. Tras estos sucesos se hizo necesario cerrar de forma temporal la iglesia y llevar a cabo una actuación de urgencia que conllevaría la colocación de redes textiles en los dos tramos de bóveda entre coro y crucero, la limpieza de las juntas degradadas y el acuñado de las mismas. Esto posibilitó su reapertura, pero era necesario evaluar la situación y llegar hasta el origen del problema para actuar en consecuencia. No ha habido que lamentar ningún daño personal, pero estos acontecimientos anunciaban un grave problema de fondo que podía haber ido en aumento si no se llega a realizar la restauración de las cubiertas y consolidación de bóvedas.Los trabajos consistieron en la sustitución íntegra del sistema de cubiertas pero, ¿qué hay de las bóvedas?, ¿qué intervención se llevó a cabo en ellas?
La retirada de la gran acumulación de depósitos por encima de las mismas y la demolición de la anterior estructura de cubierta significó una mejoría para la situación de inestabilidad que sufrían, pero la actuación supuso mucho más. Para llegar hasta el nivel de bóvedas fue necesario instalar un complejo sistema de andamiaje, que permitiera además el apeo de las mismas. Esto posibilitó que los trabajos se efectuaran con total seguridad para los trabajadores y sin acrecentar su deterioro.
Algunos de los volúmenes de arcos y plementerías se habían perdido. Se recurrió a su reintegración para mejorar la conservación de los elementos y asegurar su estabilidad e integridad, puesto que los perfiles irregulares son más vulnerables y susceptibles de degradación. La reintegración ha contribuido a unificar las superficies, recuperar la unidad estructural y mejorar la lectura y reconocimiento formal del conjunto. " (Extraido de diariopalentino.es de 26 de enero de 2015)
Construida a principios del siglo XIII o quizás a finales del siglo XII, en tiempos del obispo Arderico (1184-1207), de estilo protogotico en transicion del romanico y con un claro carácter protector y defensivo, se cree que sirvió de fortaleza a los caballeros templarios, aunque no existe constancia documental de esta filiación. Siglos después, la iglesia, salvo la parte superior la torre, se salvó del destrozo bélico que afectó a Villamuriel en 1520, cuando el alcázar contiguo a la misma, usado desde largo tiempo atrás por los obispos palentinos como residencia estival, fue asaltado y destruido en el curso de la levantamiento comunero y rigiendo la prelatura de Pedro Ruiz de la Mota, limosnero particular del emperador Carlos V y por lo tanto enemigo de los comuneros.
Bien de Interés Cultural (BIC), esta iglesia de Santa María la Mayor fue declarada Monumento Histórico-Artístico de interés nacional el 3 de junio de 1931.
Exposición. Hasta el mes de marzo, se puede visitar una muestra con varios paneles, maquetas y un audiovisual a través de los que se realiza un recorrido por las vidas pasadas de Santa María, así como por los aspectos más relevantes de la intervención recientemente realizada. El horario de apertura es de 11 a 14 horas, viernes y sábados.