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La Bella Desconocida, catedral de Palencia, es una de las catedrales de mayor longitud de la península, esto es debido en parte a sus dos capillas mayores. Una de estas, la llamada “del Sagrario” contiene desde 1532 un enterramiento en sepulcro de madera pintada y dorada que pertenece a Doña Urraca, hija de Alfonso VII el Emperador, y en su interior permanece su cuerpo embalsamado.
Bajo este sepulcro, y tras una reja, está el de Doña Inés de Osorio, benefactora de la catedral durante su construcción. No era extraño encontrar en sepulcros de la época diferentes elementos referentes a la fidelidad, como perros, o en este caso, una sirvienta. Este conjunto se atribuye al Maestro Alonso de Portillo.
La tradición insta a los jóvenes palentinos a tiras de “la coleta de Doña Urraca”. Aunque debemos aclarar que dicha coleta no pertenece a Doña Urraca, ni siquiera a Doña Inés, sino que en realidad es la de la sirvienta de esta última. También cuenta la leyenda que con este acto tendremos suerte en los exámenes. No conocemos el origen de esta leyenda, lo que sí sabemos es que no era el único medio que tenían los ingenuos estudiantes de burlar el suspenso, puesto que habría otro método consistente en pegarse un “cristal de bruja” (yeso cristalizado) recogido en el cerro del Otero y mantenerlo pegado en la frente durante el examen.
Desde luego, supersticiones poco fiables que los canónigos de la ciudad perseguían, colocando, por ejemplo, una malla metálica alrededor del sepulcro de Doña Inés para impedir que nadie alcanzara la coleta.
Extraido de:
GORDALIZA APARICIO, F. R. (2001),:“Historias y Leyendas Palentinas”. Ediciones Cálamo,. Palencia, 2001.